Pura coincidencia
- Adriana Delgado Ruiz
- 24 sept
- 2 Min. de lectura
Ciudades y comunidades enteras que viven en penumbras en cuanto se va la luz del sol, porque la electricidad es un lujo. Anaqueles sin alimentos, ni dinero para comprar lo poco que hay. Niños escarbando en la basura, en busca de un trozo de pan. Mujeres a quienes se les prometió igualdad, la encontraron en la miseria, el racionamiento, la cancelación de su individualidad, sueños y capacidades.

Sistemas educativos y de salud absolutamente destrozados. Industrias estatizadas y llevadas a la ruina. Secuestro de todas las instituciones del Estado y el sistema electoral, para anular cualquier posibilidad de cambio. Populistas que se disfrazan de humanistas y benefactores, pero terminan siendo los tiranos que dicen combatir.
Venezuela lleva lo que va del siglo sometida por la seducción y después amedrentamiento de Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro, quien es señalado por investigaciones de Estados Unidos como uno de los narcotraficantes más peligrosos del planeta. Cuba, regida por Fidel Castro, quien murió con una fortuna personal calculada en 900 millones de dólares, cuyo gobierno está en manos de su heredero político, Miguel Díaz-Canel. ¿El sello de la corrupción del populismo? ¿Le suena a alguien más?
Desde la explosión de una ola masiva de migración en 2021, 850 mil cubanos han logrado llegar a Estados Unidos, y por lo menos 650 mil más a México y otros destinos. De Venezuela, nueve millones de seres humanos también se han ido hacia Norteamérica y los países vecinos. ¿Lecciones para aprender?
Aparatos de control. Las Misiones Bolivarianas de la dictadura venezolana son esquemas de adoctrinamiento mediante la asignación arbitraria de vivienda, servicios básicos y hasta alimentos en forma de dádiva para mantener la imagen del Estado protector, pero mediante listas controladas que permiten atender sólo a quienes no se opongan al poder, de paso, con un margen muy ancho de corrupción. ¿Suena parecido a algún programa social?
En Cuba, con todo y libretas de racionamiento debido a la enorme crisis en que el gobierno tiene hundido al país, tienen programas que llaman de asistencia social. Dan un poco de dinero a familias que consideran vulnerables, adultos mayores, personas con discapacidad y otros grupos en indefensión, pero manteniéndolos en la pobreza, sin derechos ni libertades. ¿Algún paralelismo con pensiones o becas conocidas?
Para financiar todo ese asistencialismo, los gobiernos populistas endeudan a sus países hasta que ya nadie les presta y luego emiten dinero indiscriminadamente, causando inflaciones desbocadas.
Ahorcan con regulaciones excesivas e impuestos confiscatorios a los capitales y empresas que crean la riqueza y generan empleos, contra quienes además instigan discursos de odio.
En Cuba, según sus propias cifras, de los 8.5 millones de habitantes en edad de trabajar, solo 49 de cada 100 tienen un empleo y esa misma proporción es la de quienes no tienen un trabajo, pero tampoco lo buscan, entre otras razones, por los salarios paupérrimos que obtendrían. ¿En dónde laboran quienes sí tienen un empleo? La gran mayoría, 68.5 de cada 100, en el gobierno, que controla prácticamente todas las actividades económicas. El resto, en labores mayormente informales de comercio y servicios, desempeñando algún oficio. ¿Será una de las grandes razones por las que la economía cubana lleva décadas en bancarrota?














































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